lunes, 22 de agosto de 2011

Fe y arte unidos en la JMJ

“Con piedad y fervor hemos celebrado este Vía Crucis, acompañando a Cristo en su Pasión y Muerte”
El Papa ha agradecido a los que han hecho posible que estos pasos, imágenes extraordinarias donde la fe y el arte se unen, estén en Madrid para adentrar a jóvenes de todo el mundo en el misterio de la Cruz, en la que se encuentra la victoria y sabiduría de Cristo.

“Cuando la mirada de la fe es limpia y auténtica, la belleza se pone a su servicio y es capaz de representar los misterios de nuestra salvación hasta conmovernos profundamente y transformar nuestro corazón”
La contemplación de las imágenes de Cristo en su pasión son herramientas de oración. La belleza también acerca al hombre al Misterio, a la oración y a Dios. Avanzar en el Vía Crucis con los pasos es como caminar con Jesús durante Pasión en un ambiente de oración.

“«Cristo me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20). Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora: ¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos?”
Desde la perspectiva de la entrega completa de Jesús por los hombres, Benedicto XVI provoca a los jóvenes a que se cuestionen el sentido y misión de su vida. Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus dilemas, se hizo hombre para poder padecer con él.

“Que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos”
Jesús ha entrado en cada pena humana y comparte el sufrir y padecer de cada uno. De esta realidad nace el consuelo y la esperanza del hombre. Ante esta realidad, el Papa invita a los jóvenes a no pasar de largo ante el sufrimiento, donde Dios les espera para que entreguen lo mejor de ellos.

“La cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida”
Dios quiso amar a los hombres en el abrazo de su Hijo crucificado, la mayor entrega realizada por amor. Por eso la cruz no fue el final, sino el principio de la esperanza del hombre.


“Volvamos ahora nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y supliquémosle que nos sostenga con su amorosa protección en el camino de la vida”
El Papa concluye recordando a los jóvenes que María es su Madre. Entregada por Jesús para ser el camino directo a su corazón. Ella les sostendrá y protegerá en las alegrías y sufrimientos a lo largo de sus vidas.


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