sábado, 14 de abril de 2012

A MARÍA MAGDALENA

Marcan el paso,

Los roncos tambores de mi tierra,

Marcan el paso,

Mientras miles de miradas los contemplan

Y se adentra el sentimiento

Y te invade con sumo recogimiento la pena.




¡Que gesto de dolor en esta noche de luto se te escapa!

¡María Magdalena!

¡Que dolor tan profundo!



Al saber que tu maestro,

Ya duerme el sueño de los justos,

El sueño eterno del que nadie regresa.

Pero en tu corazón perdura la llama,


Del que anunciara la mañana de domingo,

La Resurrección Eterna

Y tu cara de dolor,

Se tornará de esperanza,

Cuando al tercer día,

Te conviertas en la primera.


Sí, la primera mujer en ver,

El rostro de Cristo Resucitado, la primera,

La primera en dar testimonio de su palabra de vida,

La primera en ser precursora de sus enseñanzas,

Para convertirte en una mujer nueva.

Valiente, de esas que luchan

Por la libertad y la justicia, la primera,

Fiel cumplidora del ejemplo de Cristo, la primera,

En amar a Dios y al prójimo, la primera,

Sí, la primera en ser perdonada y perdonar,

La primera mujer, la primera.


Manuel Espejo

31/10/11

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