HERMANDAD DE LAS VIRTUDES DE BAENA: Primer centenario de la Hermandad de las Virtudes

"A POR OTROS CIEN"

El Sábado de Gloria, tuvo lugar la celebración de los 100 años de la Hermandad de las Virtudes. Y lo celebramos entre hermanos como manda la tradición bebiendo nuestro "Cáliz de Hermandad..., de la amistad..., del compromiso..., de la alegría y poder compartir estos momentos con todos los presentes y los ausentes que siguen viviendo entre nosotros.

Muchas felicidades y que sea la tradición y los valores de Jesucristo; Teologales "FE, ESPERANZA, CARIDAD"..., y Cardinales "PRUDENCIA, JUSTICIA, FORTALEZA Y TEMPLANZA", los que marquen nuestro modo de vivir el Evangelio.

LA HERMANDAD DE LAS VIRTUDES
CUMPLE 100 AÑOS (1919/2019)

No pudo ser que nuestro “Cuadrillero honorario de la Hermandad de las Virtudes y también de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno”, Rafael Jiménez Garrido pudiese vivir el momento especial de cumplirse los cien años de su fundación, de la que estuvo durante veinte al frente. Lamentablemente su corazón dejó de latir a los 94 años de edad. Un hombre que hasta el último momento nos dejó su testimonio de vida y su amor incondicional hacia ésta.

La más pequeña de nuestra Semana Santa, aunque nosotros, los hermanos que la componemos, decimos que la sentimos como la más grande.

Creo que ya se ha dejado constancia, sobre todo, en nuestros pregones de Semana Santa, en los que dos miembros de nuestra hermandad, uno en 2009 y otro en 2016 han dado testimonio de lo que simbolizan sus figuras; Representan los valores del Evangelio.

Hoy está consolidada y tiene su sitio estable y legal la mañana de Viernes Santo y dentro de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, gracias, entre otros, a José Jiménez Padilla, abuelo de nuestro actual cuadrillero y a José Flores Dios, cofrade ejemplar y también cuadrillero, hombre honesto y con alto sentido de la responsabilidad y padre de Encarnación Flores Gálvez, “Madrina de las Virtudes” desde que en 1940 con catorce años y hasta el día de hoy con sus noventa y tres, mantiene un vínculo especial, siguiendo con sus hijos la tradición, con una entrega y apasionamiento desmedidos y donde su casa se convierte durante Semana Santa, en cuartel y casa de puertas abiertas.

Cien años caminando y proclamando los valores esenciales del Evangelio. Teologales; “Fe”…, fiándonos de Dios que nos quiere y nos salva y nos hace transmisores del testimonio de Jesús para que los demás nos reconozcan por nuestras obras.

“Esperanza”…, para alcanzar lo que Dios nos propone. “Caridad”…, perdonar y seguir amando. Amar al prójimo y dar la vida por los hermanos, como Cristo la dio por nosotros redimiéndonos del pecado. Cardinales; “Prudencia”…, en todos nuestros pasos, sin reprender al hermano, si uno, no se ha mirado asimismo primero y, antes de juzgar, haber sido juzgado. “Justicia”…, para que brille la igualdad y triunfe entre los que nos sentimos hermanos, la verdad.

Que ricos y pobres vean salir el sol todos los días de nuestra vida y practiquemos la solidaridad entre los que nos llamamos hermanos…, Justicia, misericordia y fe es lo que Jesucristo nos reclama. “Fortaleza”…, Saber que Dios camina a nuestro lado. Él es el que nos levanta y da fuerza y nos pone a andar de nuevo en el camino de la esperanza.

“Templanza”…, Ser honrados en nuestro comportamiento. Poner en práctica su “Reino de Vida” como ejemplo. Que no triunfe el egoísmo, ni la individualidad y, que sea el amor en todas sus manifestaciones, nuestra virtud esencial.

Cien años en los que la hermandad se ha ido renovando para desfilar y estar a la altura de esplendor que tiene nuestra Semana Santa y brindando con nuestro “Cáliz de hermandad” cada Viernes Santo…, entre gente sencilla que quiere seguir dando pasos tras los de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Baena, transmitiendo lo que cada uno de nuestros rostrillos proclama…, en silencio, en la soledad de un vía crucis camino del calvario, cada vez más lento, más pausado, hasta donde nos lleguen las fuerzas y en la actualidad con un cuadrillero; Rafael Jiménez Aguilera…, también ejemplar, sencillo, honesto y sobre todo, un hombre comprometido con su familia y su Hermandad.