Y Jesús, nuestro Jesús Nazareno de Baena apareció ante el
dintel del Convento de San Francisco y comenzó a recorrer nuestras calles,
comenzó su calvario y su rostro a mirarnos a nosotros, sus hijos, los hijos de
un pueblo que sabe que su Padre les escucha, que oye sus plegarias, sus ruegos,
que se aferran a sus manos, a esas manos que nos bendicen y levantan.
Rafael Jiménez Aguilera, cuadrillero de esta sencilla
hermandad desfila el Jueves y Viernes Santo con todos los hermanos en perfecta
armonía, siguiendo los pasos del Nazareno…, Josefina Palmero Triguero, Rocío
Jiménez Palmero, Josefina Martínez Ramírez, Mari Carmen Aguilera Ríos, Rafael
Luque Tarifa, Antonio Arcos García, Gema Marín Arcos, María Marín Arcos, Paqui
Arcos García, María Josefa Tamajón Flores, Lourdes Tamajón Flores, Maria
Encarnación Tamajón Flores y Manuel Espejo Jurado…,
Sí, Nuestro Nazareno de Baena emprendió su camino mientras se
cumplía la voluntad del Padre y…, las piedras se estremecieron, levantaron
lamentos y los valores del Evangelio proclamaron en sencillos rostros la Fe, la
Esperanza y la Caridad, proclamaron Prudencia, Justicia, fortaleza y templanza,
se hicieron hermandad y desfilaron silenciosas las Virtudes Teologales y
Cardinales, atributos en mano, dando ejemplo de humildad, sencillez, dando ejemplo
de amor desmedido hasta dar la vida por los demás…, y allí estabas Tú,
caminando silencioso por nuestras calles con tu rostro moreno dolorido y sin
embargo lleno de dulzura, mientras clamas al Padre: ¡No saben lo que hacen…,
perdónalos!…, y Él, nuestro Jesús, continuó amándonos y perdonando nuestras
debilidades, nuestros errores por no ver su rostro en el pobre, en el oprimido,
en quien sufre enfermedad, en el preso, en quien llama a tu puerta pidiendo
ayuda…
Virtudes, Teologales y Cardinales,
valores del Evangelio
que hay que seguir levantando,
legado de nuestros antepasados;
Fe…, para mover montañas,
Esperanza…, para no caer en el desánimo,
Caridad…, para seguir amando
con el ejemplo de Jesús,
sí, y si es preciso…,
dando la vida por los hermanos,
Prudencia…, con la que dar pasos firmes
y si erramos, arrepentirnos,
y pedir perdón,
que de sabios es rectificar
si nos equivocamos.
Justicia…, sabiendo que el sol
sale para todos…, buenos y malos,
equilibrando la balanza
con la verdad, con las palabras de Jesús,
misericordia y bondad infinita
puesta en nuestras manos.
Fortaleza…, para cuando
caemos…,
ponernos en pie y
seguir andando,
y levantar a quien ha
caído,
infundiéndole ánimo.
Sentir la fuerza del
Nazareno,
sentir que somos sus
hijos,
que somos hermanos.
Templanza…, moderando nuestros sentidos,
con sobriedad y continencia,
aún sabiendo de las debilidades
que albergamos los seres humanos.
Sí, volveremos a pisar la tierra,
acompañar al Nazareno en su Calvario,
y luego, luego…, viviremos el momento de su Resurrección,
el momento más hermoso y esperado,
acompañando a su bendita Madre del Rosario,
mientras María Magdalena,
entre flores que visten
de amarillo y blanco,
grita con voz dulce y melodiosa;
Creedme, creed en el Evangelio,
creed en su palabra…,
¡Cristo ha Resucitado!
Manuel Espejo Jurado
19-04-17
Fuenlabrada.
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